El pasado sábado, los nuevos profesores y trabajadores de los colegios pertenecientes a la Red Educacional Ignaciana (REI) participaron en una inspiradora jornada de inducción, que tuvo lugar en la histórica Casa de Ejercicios Loyola. Este espacio, impregnado de tradición y solemnidad, ofreció el marco perfecto para compartir aprendizajes y fortalecer la conexión con los valores ignacianos.
La jornada comenzó con un cálido desayuno en el comedor, donde los nuevos integrantes de los colegios de Santiago y Valparaíso tuvieron la oportunidad de conocerse y compartir experiencias. Debido a la distancia, no fue posible reunirnos con los colegios de otras regiones del país, pero el entusiasmo y espíritu de comunidad estuvieron presentes.
Posteriormente, Felipe Gross, Director de la Escuela de Educadores y Directivos, y Susanne Karow, Coordinadora del Programa Amar es Servir, dieron la bienvenida a los asistentes y propusieron una dinámica para romper el hielo: una actividad que nos invitó a llenar una hoja con los nombres de los colegios presentes, promoviendo el diálogo y la interacción entre los participantes. La primera persona en completar el desafío recibió un premio, añadiendo un toque de diversión a la jornada.
Felipe Gross continuó con una presentación sobre el significado y alcance de la Red Educacional Ignaciana, mientras que Carolina Puga, Coordinadora Pedagógica y Curricular, nos llevó en un recorrido por la vida de San Ignacio de Loyola, compartiendo cómo su historia y ejemplo se convierten en pilares para la labor educativa en la red. Eduardo Ponce también destacó la importancia de pertenecer a esta comunidad educativa, resaltando cómo los colegios de la red, aunque ubicados en diferentes regiones, mantienen una línea de trabajo común en valores y objetivos.
El almuerzo ofreció una deliciosa oportunidad para seguir compartiendo en el comedor junto a los representantes de los demás colegios. Al regreso, la tarde estuvo marcada por testimonios impactantes. María Isabel Miranda, educadora con más de 10 años de experiencia en la red, Joaquín Montés, exalumno que ahora imparte clases en su propio colegio, y un padre de la familia García-Mimica, apoderado de un colegio en Valparaíso, nos emocionaron con sus historias y su conexión con los valores ignacianos.
Tras un breve descanso, Magdalena Ríos, Encargada de Convivencia y Ambientes Sanos, nos guió en ejercicios de reflexión sobre el rol de los educadores y cómo los valores ignacianos deben ser la brújula para la convivencia con alumnos, apoderados y colegas.
La jornada concluyó en la capilla de la Casa de Ejercicios, donde los participantes realizaron una actividad profundamente significativa: escribir una carta dirigida a ellos mismos, recogiendo los aprendizajes y vivencias del día. Con la autobiografía de San Ignacio como inspiración, esta actividad marcó el cierre perfecto para una jornada que, sin duda, permanecerá en la memoria de todos los asistentes.