Nuestra generación 2021 está próxima a partir. Nuestra memoria emotiva se colma de recuerdos al mirar los rostros de nuestros jóvenes. A algunos los conocemos desde pequeños, otros se sumaron en el camino, constituyendo entre todos, esta gran familia de misioneros y misioneras que seguirán formándose en otras aulas para conseguir sus anhelados proyectos de vida.

Ellos han dejado muchas huellas en todos nosotros, algunos por sus grandes talentos académicos, otros por su alegría y amistad, sensibilidad espiritual o simplemente por su particular forma de habitar nuestros patios y compartir juntos tantas experiencias durante su trayectoria escolar.

Cada vez que vemos jugar a niños y niñas de nuestro colegio, solemos proyectarlos hasta su último día de IV°s medios, viéndolos crecer y acompañándolos en su camino. Ese es un sello que distingue nuestra labor de formadores: acompañar cada proceso en que ellos nos necesiten, desde los campamentos y retiros hasta una sutil conversación espontánea que tantas veces ocurre entre “profe o miss y estudiante”.

Hace algunos días, pudimos compartir una inédita jornada con los IV medios, donde pudieron recordar su infancia, reconocerse en la actualidad y mirar su “yo del  futuro” con tantos sueños que están por venir, como versa la canción estrella del Campamento de la Amistad. Los vimos felices durante esos dos días. Así los recordaremos siempre.

Pidamos al Señor que siga iluminando los caminos de estos 65 misioneros que están próximos a graduarse. Los queremos, los admiramos y les deseamos toda la felicidad que se merecen.

Salgan al mundo a más amar y servir.

Con afecto,

Jaime Sáez S.
Director de Formación