Nuestros jóvenes de IV° Medio están ad portas de culminar su etapa escolar. Este es un momento propicio para reflexionar sobre la formación de nuestros estudiantes y del aporte que realizará cada misionero y misionera una vez que salga “al mundo”.

¿Por qué aspiramos a que nuestros alumnos desarrollen sus habilidades en todos los ámbitos de la formación integral? En cuanto a lo académico, porque queremos que alcancen la excelencia. Esto es, que tras sus años de escolaridad, lleguen a ser personas competentes para desenvolverse en un mundo globalizado que requiere que sean protagonistas de sus contextos, donde el rigor, la sistematicidad y el esfuerzo sean un motor para poder construir una sociedad más justa y fraterna.

En el ámbito socio-afectivo, queremos formar estudiantes sensibles y conscientes, que se relacionen con otros y reconozcan la diversidad que nuestro país está viviendo, trabajando colaborativamente en la construcción de un país más inclusivo y fraterno. Finalmente, y en cuanto a lo espiritual, queremos formar personas que reconozcan a Jesús como modelo de vida, que vivan su interioridad y sientan un deseo apostólico de mayor justicia para los más vulnerables y que juntos hagamos de este país, un espacio más solidario, donde la justicia social no se separe de la fe, sino que dialoguen para hacer presente el mensaje de Jesús.

En esta semana que termina, los invito a continuar en este caminar y a que desde el rol que ejerce cada uno de nosotros – como familia y colegio – colaboremos en la Misión de formar integralmente a nuestros estudiantes.

Un abrazo,

Marco Plaza P.

Director Académico