Las personas nos comunicamos de múltiples maneras. Hoy la tecnología disponible nos conecta fácilmente al mundo entero. Podemos ver en una pantalla a personas que están a miles de kilómetros o podemos ver en vivo y en directo acontecimientos que están ocurriendo en otros continentes.

Durante la pandemia, ciertamente, estos medios nos han ayudado a no perder el contacto y realizar algunas de las tareas escolares o laborales a distancia. Nos hemos obligado a incorporar a nuestra cotidianidad pantallas que nos permiten participar en grupos o conversar con otro. Sin embargo, el vínculo personal con otra persona, a mi juicio, requiere fundamentalmente estar presente, mirarse a los ojos, percibir con los sentidos el ser y estar de esa otra persona.

Por eso ha sido evidente la alegría y el entusiasmo de nuestros estudiantes al reencontrarse presencialmente en el colegio, no sólo con las personas sino también con lugares y espacios que los identifican. Sentir el calor humano, aún evitando el contacto físico, es irremplazable. La presencia de otro junto a mí le da corporalidad a la relación, no es algo ficticio sino real. El otro está y yo estoy con él. El encuentro, la relación humana, requiere la presencia física que le da forma y fondo a la amistad profunda. Estar con otro presencialmente le da fuerza a nuestra humanidad corpórea.
Por eso agradecemos toda posibilidad de encuentro. Cuidemos los protocolos y respetemos las medidas sanitarias para que podamos seguir recuperando esta presencialidad física tan necesaria y buena para todos.

Con el afecto y cariño de siempre,

José Luis Avilés Radic
Rector