Durante este tiempo de reencuentros presenciales, hemos valorado enormemente los momentos para compartir, los vínculos y gestos de cariño que cada uno de nosotros ha podido expresar en todos los espacios de nuestro colegio.  Hemos comenzado a navegar con el timón puesto en el horizonte de la vida y esperanza, para buscar hacer el bien en todo y con todos.

Sin embargo, hace unos días recibimos la noticia del confinamiento que nos condiciona a tener nuestros encuentros a través de las pantallas hasta que tengamos mejores condiciones sanitarias. Aquí, tenemos una enorme oportunidad, de seguir adelante, aun cuando el contexto nos invita a detenernos para avanzar, a reconocer la frustración y aprender a tolerarla.

Tenemos la experiencia de un tiempo aprendido en confinamiento, sabemos reconocer nuestros momentos y emociones que nos embargan y nos animan. Esta vez caminamos por un sendero con más luz, con mayores certezas que antes, sabiendo que con un paso a la fase siguiente, nos volveremos a encontrar en nuestras aulas y patios.

Que este tiempo de cuaresma nos llene de amor, cuidado y esperanza en el Jesús de la vida. Ese compañero que escogió discípulos para multiplicar los panes. Nosotros tenemos esa misma misión, multiplicar la esperanza en tiempos de cuidado, con el corazón grande para aprender a amar en todo lugar, tiempo y persona.

Que tengamos una buena semana de aprendizajes para la vida.

Con cariño fraterno,

Jaime Sáez Sánchez

Director de Formación