El 19 de octubre, estudiantes entre 16 y 18 años de algunos colegios pertenecientes a la Red Educacional Ignaciana (REI) comenzaron a vivir el encuentro de formación juvenil «Taller Arrupe», organizado por Flacsi, que se extenderá hasta el 15 de diciembre, este año, en modalidad online. El objetivo de este taller que hasta 2019 se realizaba en Colombia de forma presencial, es aportar elementos de autoconocimiento, liderazgo, conocimiento de la realidad y compromiso social a los estudiantes, bajo la impronta particular de la Espiritualidad Ignaciana.
En esta oportunidad, nuestro colegio está siendo representado por Martina Escobar y Antonia Arrivé, de III° Medio A, y Martín Núñez y Josefa Bordas, de III° Medio B. Josefa nos entrega su testimonio sobre la participación en esta experiencia.
“Un día nos avisaron que fuimos seleccionados y ahí nos organizamos con la miss Erika Sanhueza, que es nuestra asesora. Ya llevamos seis semanas; al principio estábamos muy nerviosos y con mucha preocupaciones por lo nuevo. Pero partió la primera semana, tuvimos las reuniones que son semanales y quedamos muy contentos y más tranquilos con lo que había que hacer. Creo que Arrupe me ha ayudado a acercarme a la mirada de Jesús, a tomar la invitación a actuar como Él y también en este tiempo he desarrollado profundamente la empatía, no solo con las personas cercanas, sino que con otras culturas. Es primera vez que escuché otros acentos de manera tan cercana, por lo que, además, me ha dado la oportunidad de conocer otras culturas y aprender de otros países”, afirma.
Retorno seguro
“Cuando le comentamos a nuestras hijas la posibilidad de volver, ellas lo pidieron, y cuando finalmente lo decidimos para ellas fue lo máximo. Las dos están muy felices y verlas sonreír por querer estar en el colegio es increíble”. Así define Nayadet Lucero, apoderada de Kínder y 4° Básico, cómo ha sido el retorno presencial de Maite y Laura. A su juicio, volver es una buena es una buena manera de acercar a las niñas a la realidad, “en un ambiente que está bastante más protegido que en otros lugares”.
“Creo que es bueno porque las ayuda a seguir creciendo en todos los aspectos y emocionalmente lo necesitaban. Yo trabajo en salud, mis hijas me veían a diario salir los meses críticos y ellas estaban asustadas como nosotros. En ese momento, cuando se hablaba de que se podía volver, la respuesta era un no rotundo, pero cuando el colegio empezó a ver esto nunca nos cerramos a ver que en Calera de Tango había pocos casos de contagio. Cuando vimos el protocolo encontré que estaba bastante armado y siento que en el colegio se están considerando todos los aspectos de seguridad. Invito a los papas a confiar en este protocolo, pensando que el próximo año vamos a tener que estar por lo menos en el primer trimestre convivir con esta misma dinámica”, dice.