El fin último de la educación Ignaciana es lograr el desarrollo integral y armónico de toda la persona y de todas las personas (Proyecto Educativo n° 40), lo que nos desafía a formar a nuestros niños, niñas y jóvenes a la luz de las tres dimensiones de nuestra Formación Integral, otorgando el mismo valor a las habilidades cognitivas, socio afectivas y espiritual religiosa.

Hoy, en este difícil tiempo, se hace imprescindible relevar tanto en nuestros hogares como en nuestro plan de estudios online, las habilidades socioemocionales de nuestros estudiantes, que les permitan identificar y manejar adecuadamente sus emociones en relación con su entorno. Desarrollar las habilidades de autocuidado, autovaloración, empatía, solidaridad y colaboración, son algunas destrezas que nos permitirán enfrentar de mejor forma los desafíos y “cambios de planes” que la cuarentena nos puso por delante. Del mismo modo, tener una alta tolerancia a la frustración y aprender a compartir nuestras emociones, nos ayudará a sobrellevar con actitud resiliente este periodo.

Hoy más que nunca se hace necesario aprender a construir nuevos y mejores vínculos afectivos, por ahora, a través de las pantallas, esperanzados en que los aprendizajes que hemos cultivado en este tiempo, nos ayudarán a ser personas más íntegras para así poder en Todo Amar y Servir.

Con esperanza y afecto,

Jaime Sáez Sánchez
Director Formación