Para informar y debatir sobre temas que generan consenso y disenso entre los estudiantes, hace unos días se llevaron a cabo las Mesas Redondas Online, organizadas por el Centro de Alumnos (CALM). En ellas, a través de la exposición de profesores y ex alumnos, se le dio la posibilidad a estudiantes de 8° Básico a IV° Medio de reflexionar sobre temas tan variados como “Cine, TV y redes sociales”, “Comunidad LGBTQI + identidad de género”, “EEUU y el conflicto racial”, “Salud mental y estrés en cuarentena”, entre otros.
Rosario Molina, presidenta del CALM 2020, cuenta que esta instancia se realizaba todos los años de manera presencial en este periodo y decidieron volcarla a la virtualidad porque “sentíamos que era importante estar conectados a pesar de la distancia y conversar de todo lo que está pasando. En el cierre de las mesas, todos se mostraron muy contentos y sugiriendo realizar más actividades de este tipo”, cuenta agregando que contaron con más de 140 estudiantes inscritos.
“Siento que esta actividad es una oportunidad para salir del rango de solo el colegio, de ir un poco más allá, de poder desarrollarnos, dar la opinión, y reflexionar sobre temas actuales, tanto serios como más entretenidos. Las mesas redondas dan la posibilidad de que cada uno pueda decidir de qué quiere hablar, qué quiere escuchar y de qué se quiere informar mediante otras opiniones. Esto abre las miradas de una manera entretenida, interactuando, reflexionando en conjunto y llegando a conclusiones”, dice.
En esta experiencia participó nuestra psicóloga María Jesús Valdés, quien se refirió al estrés y la ansiedad en tiempos de confinamiento, afirmando que, actualmente, es esperable que los niveles de ambos factores aumenten frente a la incertidumbre. La profesional agrega que para todos es importante tener seguridad sobre qué pasará luego, no obstante, nuestros estudiantes, al estar aún en desarrollo, necesitan desplazarse bajo un contexto de mayor certeza y que los contenga.
“Para los estudiantes fue beneficioso entender que la ansiedad es un estado de alerta frente a una situación que se percibe como amenazante, desencadenando en el cuerpo diferentes síntomas, como dolor de estómago, aceleración del corazón, transpiración, dilatación de la pupila, etc. Los invito a expresar lo que sienten con las personas en que confían, ya que todos estamos pasando por dificultades adaptativas. Expresarlas permite compartir la carga emocional que conlleva, conectándose a través de la empatía. Es esperable también que cuando se levante el confinamiento, el sistema de alarma vuelva a activarse, siendo necesario observar, expresar y contener las emociones que surjan en los nuevos acontecimientos”, sentencia.