Durante todo este mes, hemos centrado nuestra atención en la figura de San Alberto Hurtado, quien para nosotros como Misioneros representa no sólo una vida apostólica de acción, sino el despliegue total de la persona humana en todas sus dimensiones. Por esto, uno de los pilares fundamentales de nuestro proyecto educativo es relevar a la persona, representada en cada uno de nuestros estudiantes, como centro de nuestro quehacer escolar.
Para lograr este objetivo, nos ocupamos de que nuestros estudiantes se formen integralmente, de manera que desde lo socio afectivo comprendan su mundo interior y desde ahí puedan relacionarse y comprender a otros. Del mismo modo, a través del desarrollo de las habilidades cognitivas, esperamos que adquieran las herramientas necesarias para servir más y mejor y, finalmente, desde el conocimiento profundo de Cristo representado en el Amor incondicional al prójimo, puedan disponerse a un servicio permanente que se traduzca en acciones concretas en sus vidas cotidianas.
Aprovechemos este tiempo especial para que podamos reconocer en nuestro entorno más cercano a ese Cristo que sufre y nos necesita. A través de acciones simples pero con sentido, demos cuenta de nuestra Formación Integral Misionera.
Con especial cariño a toda nuestra comunidad,
Enzo Saldías O’Ryan
Director Cuarto Ciclo