Vivir la solidaridad en tiempos de pandemia es un desafío que nos invita a la reflexión, pero también a buscar nuevas formas para poder ayudar a los demás y no olvidar las necesidades del prójimo, especialmente hoy en día.
Nuestro profesor Mauricio Fuentes comenta que si bien ha cambiado mucho la forma en que estábamos acostumbrados a ejercer la solidaridad en el colegio, estos tiempos nos interpelan de una forma más personal a tomar la iniciativa y acción. Agrega que, como docentes, han acompañado desde sus jefaturas la reflexión y entendimiento de cómo podemos vivir este mes de formas distintas y creativas, como por ejemplo, conociendo la vida de San Alberto Hurtado quien, con sus enseñanzas, nos sirve de modelo inspirador a todos.
“La solidaridad es una acción necesaria de forma permanente, sin embargo, en este tiempo, hemos podido ver cómo se han agudizado las diferencias. Diariamente, podemos presenciar las problemáticas que existen en nuestro país. Un ejemplo claro son las ollas comunes, que son el reflejo de la crisis que ha desatado la pandemia, pero también de las profundas desigualdades existente en nuestro país. Situaciones como éstas, evidentemente nos mueven a ser cada vez más solidarios y estar dispuestos al servicio”.
Por su parte, Amapola Fernández, estudiante de 8° Básico B, considera que no es difícil pasar de las palabras a la acción ya que, si se busca, siempre habrá formas y lugares donde se pueda ayudar, especialmente ahora, donde muchas familias se han visto afectadas. “Algo muy simple puede ser participar de ayudas y voluntariados online que se están haciendo, o ayudar a esa persona que ahora vende a través de internet para evitar que tenga que exponerse”, dice.
“Creo que hoy es más importante que nunca la solidaridad y la empatía, especialmente al respetar la cuarentena, ya que hay adultos mayores, enfermos crónicos, y otras personas que podrían salir afectados al contagiarse. En estos tiempos es importante pensar en el resto y no sólo en las necesidades propias. Nunca está de más mirar hacia al lado y ayudar en lo que uno pueda. Además, siempre se puede partir ayudando en casa a los familiares que pueden resultar más agobiados”.