Esta expresión ignaciana seguramente fue una consigna para el Padre Hurtado. El amor se explicita en obras más que en grandes discursos y palabras bonitas. Es lo que nos hace levantarnos cada día y preparar el desayuno para los demás o después de almuerzo lavar los platos. No se necesitan grandes declaraciones para simplemente servir cariñosamente al que se sienta a mi lado a compartir un momento del día.

Durante este tiempo hemos podido reconocer esta expresión de amor en distintas personas y situaciones. El niño o la niña que prepara con todo cuidado su tarea para presentarla a través de una pequeña ventana de zoom; la profesora o profesor que prepara su clase con gran dedicación mientras está atento a la olla que tiene puesta en la cocina o la mamá que fielmente acompaña a su hija en las clases con un ojo puesto en su trabajo en línea. Todas son expresiones de amor puesto en obras.

El colegio se ha instalado en nuestras casas y con ello se nos regala la oportunidad de vivir un mes de la solidaridad con una exigencia distinta a la que estábamos acostumbrados. Este año nuestras propias casas han sido el espacio privilegiado para activar el amor.

Un abrazo con esperanza y alegría para todos.

José Luis Avilés Radic
Rector