En la Casa de Retiro Emaús, ubicada en la comuna de Olmué, los estudiantes de 8° Básico participaron en el “Campamento de la Amistad”, actividad que busca propiciar el encuentro personal, con los demás, con el entorno natural y con Dios.
Fueron dos días en que nuestros estudiantes se encontraron como curso y también como generación, espacio en que desarrollaron una serie de dinámicas individuales y grupales que les permitieron sopesar la importancia de conocer al otro y de la comunicación.
En esta experiencia, nuestros niños fueron acompañados por un equipo de profesores compuesto por Pastoral, Psico-orientación, Dirección de Tercer Ciclo, profesores jefe, además de estudiantes de III° Medio que fueron invitados como monitores.
Joaquín Salas Bórquez, de 8° Básico B, señala que esta experiencia le permitió conocerse a sí mismo y a personas del curso, con las que ahora se siente más cercano. “Hubo una actividad donde nos invitaban a contar verdades y fue el momento para expresar lo que cada uno sentía. Aprendí que uno puede confiar en los demás y que puede contar cosas para poder empatizar con el otro”, señala, advirtiendo que con el campamento aprendió a comunicar más sus cosas, especialmente a sus padres.
Agrega que le pareció muy bueno escuchar a otros compañeros, porque se dio cuenta que todos tienen dificultades similares, con lo que pudo valorar la importancia de la comunicación. “El campamento sobrepasó mis expectativas; el lugar era muy bonito, porque está como alejado de todo”, dice
Natalia Nervi González, de 8° Básico A, por su parte explica que en las últimas actividades le fue más fácil expresarse y contar sus problemas. “Siento que pudimos afianzar lazos en el curso y con las personas de tu grupo, en especial, porque es fuerte escuchar los problemas de los demás; el campamento me gustó mucho, y lo volvería a vivir, aunque siento que lo podría haber aprovechado más, porque siento no me expresé lo suficiente”, explica.
“Aprendí a valorar mucho a mis amigas, a darme cuenta de que las necesito mucho y que las apariencias engañan. Aprendí que hay mucha gente que ocupa ‘máscaras’ para ocultar cómo es, y que uno no tiene que tener miedo a ser auténtico y libre. Aprendí a tener la valentía de mostrarme tal cual soy, y a acercarme a cualquiera sin miedos”, concluye.