Durante 2017, ocho ejercitantes vivieron esta experiencia. En este periodo, con gran alegría y entusiasmo, participaron apoderados y abuelos de nuestro Colegio.

El encuentro final fue un momento lleno de agradecimientos, especialmente, por la presencia de Dios en sus vidas y por la oportunidad que les proporciona La Misión de haber compartido en comunidad este paso para profundizar la fe y el conocimiento íntimo de Jesús vivo entre nosotros.

Las acompañantes Gabriela Toro y Andrea Corbalán se mostraron muy agradecidas por haber sido testigos de ver cómo se vivencia el amor de Dios y de colaborar para, con otros, ordenar historias y vidas al modo de San Ignacio.

Fueron meses llenos de la Gracia de Dios, donde cada uno de los ejercitantes fue testigo del paso del Señor en sus vidas a la luz de nuestro Santo Patrono.