Seis estudiantes de 8° Básico vivieron, en septiembre, la 5° versión de la experiencia de liderazgo ignaciano “Camino al Magis” dirigida a alumnos pertenecientes a la Red Educacional Ignaciana (Asociación de Colegios y Fe y Alegría), desarrollada durante tres días en la Casa Loyola, en Padre Hurtado.

Este año el tema central fue “Liderazgo ignaciano centrado en el servicio”, donde todas las actividades desarrolladas tuvieron como foco el discernimiento, y abordaron los aprendizajes y desafíos que debe enfrentar un líder ignaciano.

En esta versión, nuestro Colegio fue representado por los estudiantes Rosario Molina, Vicente Fuentealba y Cristóbal Plaza (8° Básico A), y por Josefa Aitken, Emilio Cavallari y Diego Gómez (8° Básico B), acompañados por la profesora Mercedes Godoy.

Respecto a su participación en la experiencia, Rosario Molina indica que, como tenía algunas nociones sobre qué se trataba, tenía muchas ganas de asistir. Destaca que lo que más llamó su atención fue que, en los ejercicios de reflexión o cuando había que compartir con los demás, todos tenían una opinión profunda e interesante, y todos se animaban a dar a conocer sus puntos de vista.

Asimismo valora el hecho de que en una primera instancia introdujeron a los participantes en conceptos teóricos como el Magis, liderazgo y servicio y, posterior a ello, tuvieron la oportunidad de visitar, divididos en grupos, escuelas y también a grupos de la tercera edad donde pudieron poner en práctica lo aprendido.

En ese aspecto, Emilio Cavallari destaca que les correspondió visitar una escuela a realizar actividades con niños de 4° Básico, lo que fue muy gratificante. “Para ellos fue un momento entretenido y eso a mí me pone más feliz que a ellos, por entregar algo al otro”, explica, agregando que el hecho de conocer otras realidades fue muy bueno, ya que les permitió ver lo que pasa fuera del entorno diario.

Respecto a los aprendizajes adquiridos, Rosario destaca la frase “ser más para servir mejor”.  “Al final todo lo que hacíamos dentro de las pausas ignacianas, las reflexiones, los mismo conceptos que aprendimos nos llevaban a darnos cuenta que nosotros teníamos que ser mejor personas y dar lo mejor al servicio de los demás. Todos los que estábamos ahí era con el fin de servir a los demás y dar lo mejor”, añade.

Emilio, por su parte, destaca la frase “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”, reflexión que, según señala, le ha servido para resolver de mejor manera conflictos diarios, opinión con la que coincide Rosario. “Para llevar a la práctica en el día a día, vimos el discernimiento que, al final, no es decidir entre lo malo y lo bueno, sino que entre lo bueno y lo mejor. Eso se puede aplicar en el día a día, sobre todo al resolver conflictos; siempre se puede discernir qué es lo mejor para mí y para los demás”, concluye.