Entre el 20 de agosto y el 03 de septiembre nuestros estudiantes Javiera González (II°A) y Vicente Carvallo (II°B) vivieron el curso-taller de Liderazgo Ignaciano Arrupe V, al que asistieron 60 jóvenes de 23 colegios de la Compañía de Jesús provenientes de Colombia, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú y Chile.
Ambos estudiantes fueron elegidos por sus compañeros y profesores para vivir esta experiencia que les dejó importantes aprendizajes que hoy, reconocen, ponen en práctica de manera más consciente en su día a día.
¿Cuáles son las principales enseñanzas que te dejó el curso Arrupe V?
Javiera: Lo que más me marcó fue el hecho de saber cómo expresar mis sentimientos, porque aprendí a demostrarlos más y a no acumular todo, sintiéndome tranquila y confiada, ya que nuestros sentimientos no son malos ni buenos, son sólo sentimientos, y está bien sentir algunas cosas no tan buenas, porque es parte “de”, siempre y cuando se utilicen para el bien de los demás.
Vicente: Lo que más me gustó es que todos los días hacíamos actividades totalmente distintas y muy intensas; se aprovechaba muy bien el tiempo. La principal enseñanza que me dejó el curso es entregar mis valores y aprendizajes al otro y hacer servicio sobre los demás. A mí por lo general me gusta ayudar al otro y siempre tengo la disposición de hacerlo, pero después del curso me di cuenta de que lo podía hacer mejor, aprovechando al máximo mis capacidades para servir al otro.
¿Qué aspecto de las misiones llamó más tu atención?
Javiera: Estuvimos cinco días misionando en una comuna y el tema a tratar era la paz y la reconciliación. Trabajamos mucho con las familias, hicimos cursos sobre la paz en colegios y fuimos a dos comunas más precarias para ayudarlas, acompañarlas y conversar. Me impresionó el esfuerzo, buena disposición, cariño y agradecimiento de la gente ante las situaciones difíciles. Me quedo con el calor de la gente, con cómo sacaban el lado bueno de las cosas y siempre tenían algún motivo para celebrar y salir adelante.
Vicente: En mi caso invitábamos a las familias del pueblo a vigilias y misas. En la tarde teníamos actividades con los niños y adultos en la capilla. Era gente muy vulnerable y cuando íbamos a las casas y conversábamos me di cuenta de la realidad que vivían, tan brusca, dura y fuerte comparándola con la mía que es muy privilegiada. Me quedó la alegría que ellos transmitían, porque a pesar de sus condiciones siempre eran felices, estaban al servicio y eran muy cariñosos.
¿Cómo ha influido el curso en tu realidad del día a día?
Javiera: Definitivamente hay un cambio en la forma de ver las cosas y en aprovechar las oportunidades que uno tiene. Una de las actividades consistió en hacer un compromiso y ahí lo que me quedó es intentar todos los días hacer sonreír a alguien, lo que puede parecer muy simple pero uno puede cambiarle el día a otro sólo con una sonrisa. Quedé con ganas de disfrutar, de aprovechar el día a día y tener en cuenta esos pequeños detalles. Con todo lo que hago ahora o con lo que alguien me comenta se me viene a la mente lo que viví en el curso; me quedo con entregar a los demás todas las cosas que aprendí y recogí, quizás no contando lo que vivimos, pero estando presente para el otro, agradeciendo y estando consciente de lo que tengo.
Vicente: Para ayudar al otro tiene que haber disposición y el curso me ayudó mucho a entender eso, a siempre estar dispuesto. Durante esos días además sentí mucha cercanía con Dios, porque antes mi fe era más bien lineal, contante y en el mismo eje; ahora creció mucho mi cercanía con Dios y de eso estoy muy agradecido.
¿Qué le dirías a los compañeros que vivirán el curso el próximo año?
Javiera: Que estén dispuestos a lo que venga. Uno, en serio, llega lleno, muy feliz y con ganas de vivir esto día a día. Decirles que se dejen sorprender para así rescatar y vivir mejor la experiencia y que la vivan al 100%.
Vicente: Les diría que se motivaran y estén dispuestos a vivirlo al máximo; que se dejen llevar y no se bloqueen ni se limiten, sino que se dejen afectar, porque es una muy bonita experiencia y marca mucho.