Para presentar algunos resultados de las investigaciones que ha realizado durante sus 28 años de trayectoria, la destacada psicóloga Pilar Sordo dictó una dinámica y entretenida charla, organizada por el Centro de Padres, a los miembros de nuestra comunidad.
En la oportunidad, la profesional explicó cómo la mayor aspiración de los padres modernos es “caerle bien” a sus hijos, por lo que tienden a complacerlos permanentemente, sobre todo a la hora de entretenerlos y de resolver sus conflictos. En ese plano, señaló que el aburrimiento es la madre de la creatividad y que es necesario que los niños se aburran – y mucho – para que creen, piensen y generen ideas.
“El no permitir el aburrimiento y que no se hagan responsables termina siendo una inconsistencia porque queremos niños creativos, capaces de resolver sus conflictos, preparados para la vida, pero hacemos todo lo contrario: los protegemos en extremo y los vamos haciendo inválidos”, manifestó.
En ese sentido, hizo hincapié en el olvido de la palabra “autoridad” en los padres de la generación actual. “Para poder poner límites yo tengo que ser clara y consistente en las reglas (…) nuestros hijos tienen dos características: son más inteligentes que nosotros y tienen menos miedo, y con el hecho de tener menos miedo pueden ver hasta dónde nos pueden llevar en los límites”.
Por otro lado se refirió a cómo se ha unido erróneamente el concepto de felicidad con alegría, ya que se asume que sólo somos felices cuando estamos contentos. “Felicidad y alegría no tienen nada que ver; el día que separemos esos conceptos y dejemos la felicidad como una decisión donde cada cual se tiene que hacer cargo, armar, organizar y desarrollar la fuerza de voluntad para poderla mantener y la alegría esté en otro lado, recién vamos a empezar a educar bien a nuestros hijos. Esto, porque los vamos a educar de acuerdo al temple interno con la gran palabra del siglo XXI en educación y en salud: fuerza de voluntad”, explicó.
Finalmente se refirió a cómo con el uso de las nuevas tecnología se ha priorizado más la comunicación con quienes están lejos en lugar de la interacción con los que están cerca, lo que ha impactado negativamente las relaciones interpersonales.